En ILM | Instituto del Lipedema y de la Mujer, nuestra amplia experiencia e investigación continua, nos ha permitido elaborar distintas hipótesis que explicarían el origen del lipedema en base a un triple factor:
Los estrógenos (las hormonas femeninas) transformarán las células madre presentes en el tejido adiposo en células grasas, durante la pubertad. Este aumento de células grasas, constituye un depósito energético, y se trata de una ventaja evolutiva que la naturaleza ha provisto a la mujer para poder afrontar un embarazo o una lactancia en épocas marcadas por una escasez de alimentos (invierno).
Los hombres al no tener estrógenos almacenan mucha menos grasa.
La tendencia a que un factor inflamatorio inflame las células grasas es debida a la herencia. Esta inflamación, producirá un aumento en el tamaño de dichas células y provocará un daño metabólico, impidiendo la respuesta a estímulos lipolíticos tales como el ejercicio, la dieta o el embarazo. Ante esta situación, el cuerpo producirá nuevas células grasas sobre las ya existentes, creando un círculo de inflamación y proliferación de adipocitos.
El factor inflamatorio, tendría su origen en la hiperpermeabilidad intestinal la cual provoca un mal funcionamiento de la barrera intestinal, permitiendo la entrada de patógenos al torrente sanguíneo. Esta situación, provocaría una inflamación crónica de bajo grado.
Los estrógenos (las hormonas femeninas) transformarán las células madre presentes en el tejido adiposo en células grasas, durante la pubertad. Este aumento de células grasas, constituye un depósito energético, y se trata de una ventaja evolutiva que la naturaleza ha provisto a la mujer para poder afrontar un embarazo o una lactancia en épocas marcadas por una escasez de alimentos (invierno).
La tendencia a que un factor inflamatorio inflame las células grasas es debida a la herencia. Esta inflamación, producirá un aumento en el tamaño de dichas células y provocará un daño metabólico, impidiendo la respuesta a estímulos lipolíticos tales como el ejercicio, la dieta o el embarazo. Ante esta situación, el cuerpo producirá nuevas células grasas sobre las ya existentes, creando un círculo de inflamación y proliferación de adipocitos.
El factor inflamatorio, tendría su origen en la hiperpermeabilidad intestinal la cual provoca un mal funcionamiento de la barrera intestinal, permitiendo la entrada de patógenos al torrente sanguíneo. Esta situación, provocaría una inflamación crónica de bajo grado.
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